"Viaja no para escapar de la vida, sino para que la vida no se te escape"
El finde pasado nos escapamos a Barcelona para hacer realidad el reencuentro con unas amigas que no veía desde hace 5 años. Por una cosa o por otra no había podido verlas antes y no sabéis las ganas que ya tenía de abrazarlas, además Barcelona me gustó muchísimo, fui a conocer la ciudad cuando las conocí a ellas, así que hacía ese mismo tiempo que no estaba por allí.
He vuelto a enamorarme de la ciudad una vez más. Como teníamos muy poco tiempo, planeamos ver bastantes cosas ya desde el primer día, así que, tras llegar al hostal, nos dispusimos a visitar la Sagrada Familia. Ya la habíamos visto por fuera y esta vez no nos podía faltar su interior, y ¡vaya lo que nos habíamos perdido! No podíamos parar de mirar al techo para ver todos los detalles (literalmente terminamos con dolor de cuello), y qué decir de los colores que reflejan las vidrieras. Es una obra maestra.
De allí, cogimos metro hasta Paseo de Gracia, a ver la espectacular Casa Batlló y fuimos bajando hasta las Ramblas, para visitar el Mercado de la Boquería, cómo veis, nos pusimos los dientes largos con tanto dulce, pero nos reservábamos para lo mejor, ya que nos acercamos a la heladería Rocambolesc para merendar.
Yo no soy de arriesgar mucho probando cosas nuevas, pero esta vez y dejándome llevar por el espíritu de Halloween, me pedí un panet con sorbete de calabaza con naranja acompañado por nubes de naranja, pipas garrapiñadas cubiertas de chocolate y zanahoria confitada, y puedo decir que estaba buenísimo, el contraste del calor del panet con lo frío del sorbete y la textura de éste con el crujiente de las pipas de calabaza. Una delicia. Sin duda para probar un nuevo sabor cada día.
¡Os espero en el próximo post con la segunda parte del viaje!
L.
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| Hostal Martinval |
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